
El Fantasma de la Ópera, el Brillante Original, o simplemente Phantom, es probablemente el musical más famoso del planeta. ¿Qué lo hace tan especial? ¿Serán los exuberantes sets y vestuarios? ¿La tendencia del público por amar al villano enamorado? ¿La dramática partitura de Andrew Lloyd Webber y las letras de Charles Hart? En mi opinión, es una mezcla de todos estos elementos, añadida a la inevitable adrenalina que corre por tus venas al ver este show. (Además, ¿Qué otro musical en Broadway deja caer un candelabro directamente sobre la audiencia? Ninguno. Exactamente.)
Basado en el libro del mismo
título de Gastón Leroux, The Phantom of
The Opera, con más de 25 años en escena y más de 11,000 presentaciones
(hito que alcanzó hace apenas una semana), es el musical que más tiempo lleva presentándose
en toda la historia de Broadway. Con un teatro que acomoda 1,645 personas en el
público y una casa llena diariamente es seguro afirmar que cientos de miles de
personas ven este musical cada año. La historia gira en torno a una joven
soprano, Christine Daaé, y la enfermiza obsesión que un misterioso compositor
con una desfiguración congénita que habita en las entrañas de la casa de ópera
de París tiene hacia ella.
Estrenó en el Queen’s Theatre
del West End, la contraparte británica de Broadway, en 1986. La premiere de Broadway,
en el Teatro Majestic, ocurrió dos años después, y ha seguido presentándose ininterrumpidamente
en ambos lugares desde esas fechas. Michael Crawford y Sarah Brightman
encarnaron al Fantasma y a Christine en ambas producciones. Phantom tuvo una adaptación cinematográfica
en el 2004, con Gerard Butler y Emmy Rossum en los protagónicos, y una secuela al
musical fue estrenada el teatro Adelphi de Londres en el 2011.

La producción original fue
nominada a tres premios Olivier, a nueve Drama Desk Awards, y a diez premios
Tony, de los cuales ganó dos, siete, y siete, respectivamente. Estos galardones
incluyeron premios al mejor musical, mejor actor en un musical (Michael
Crawford), mejor actriz secundaria en un musical (Judy Kaye), mejor vestuario (Maria
Björnson), mejor música (Andrew Lloyd Webber), mejor dirección (Harold Prince),
mejores orquestaciones (David Cullen y Andrew Lloyd Webber), mejor escenografía
(Maria Björnson) y mejor iluminación (Andrew Bridge).
Por otro lado, el elenco actual
en Broadway a pesar de que por su condición de no ser un show nuevo no tiene
galardones formales, es estelar, a falta de mejores palabras. Cuenta con Sierra
Boggess, ya veterana de Phantom, y Norm Lewis en una actuación histórica
del papel epónimo, ya que es el primer actor afroamericano en encarnar al
Fantasma en Broadway.
Phantom es un musical icónico. ¿Quién no conoce aquella máscara blanca?
La grandeza de este show trasciende los límites del teatro y los conocedores
del mismo. Es un fenómeno mundial que aparenta
ser invencible e inmortal. Es realmente el Brillante Original. No parece tener
planes para irse a ningún lado en el futuro cercano.
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